El menisco tiene numerosas funciones, como soporte de carga, transmisión de carga, absorción de impactos, estabilización de la rodilla durante el movimiento y la carga, y lubricación de la articulación de la rodilla. Las lesiones meniscales son la segunda lesión más frecuente de la rodilla. Estas lesiones se pueden dividir en dos grupos: lesiones traumáticas y degenerativas.
La lesión meniscal degenerativa generalmente ocurre en pacientes de mediana edad sin antecedentes de trauma agudo significativo. Su prevalencia aumenta con la edad y se asocian con artrosis de rodilla. El tratamiento ortopédico más frecuente es la meniscectomía parcial artroscópica para aliviar el dolor y el déficit funcional asociado a la lesión de menisco.
Sin embargo, existe la opción del tratamiento conservador.
En la actualidad, el tratamiento en pacientes de mediana edad sigue siendo problemático. La terapia conservadora incluye analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos, inyecciones de glucocorticoides, fisioterapia, pérdida de peso y evitar movimientos específicos que empeoran los síntomas. Tanto las inyecciones de ácido hialurónico como las de plasma rico en plaquetas también son alternativas válidas para el tratamiento.
Las pautas internacionales recomiendan que la degeneración del menisco en presencia de artrosis de rodilla se maneje con terapia conservadora en lugar de la artroscopía. Estudios recientes han demostrado que incluso en ausencia de signos radiográficos de artrosis de rodilla, con o sin síntomas mecánicos, la artroscopía no presenta ventajas sobre el tratamiento conservador.
Estudios recientes han demostrado que incluso en ausencia de signos radiográficos de artrosis de rodilla, la artroscopía no presentaba ninguna ventaja sobre el tratamiento conservador de pacientes con lesión de menisco, los resultados clínicos de la artroscopía seguida de fisioterapia en comparación con la terapia conservadora con solo fisioterapia en pacientes con y sin artrosis radiográfica de rodilla, no encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en términos de reducción del dolor de rodilla, mejor función de la rodilla o mayor satisfacción del paciente después de 2 años de seguimiento. Por lo tanto, la fisioterapia debe recomendarse como tratamiento inicial. Estos hallazgos respaldan que se recomienda que en el tratamiento de pacientes con rodilla sintomática y de degeneración del menisco no se debe proponer la artrocopía como tratamiento de primera línea, sino después de 3 meses de síntomas persistentes. A pesar de la terapia conservadora.